Quizá asociemos la palabra fenómeno meteorológico con destrucción y daños sin remedio, pero hay ocasiones en que estos fenómenos nos ofrecen espectáculo maravilloso.
Esto ocurre cada siete años en Brasil, en el río Olho d’Agua, y este año al cumplirse 7 años, volvió a suceder el día 2 de febrero. Lo curioso de esta ocasión fue que, a diferencia de otras veces, la de este año fue más intenso.
Lo que sucede es que en la temporada de lluvia cada cierto tiempo, el río se desborda y el agua llega a ciertas zonas del bosque Recanto Ecológico Río da Prata, dejando algunas de sus partes bajo el agua, son cerca de 2 a 3 metros lo que alcanza a cubrir el agua.
Lo curioso es el tipo de agua, ya que esta tiene un aspecto muy particular, es cristalina, esto debido al exceso de carbono cálcico y minerales que se encuentran en el bosque.
Para los amantes de buceo es un paraíso, ya que tiene la oportunidad de sumergirte literalmente en un bosque, lleno de un color azul y verde. Es todo un espectáculo, puentes sumergidos, árboles, senderos por donde hubiéramos caminado, ahora se pasa nadando.
Eso sí, no se escucha el sonido del bosque, todo parece tan poco real, y como no todos podemos ir allá, debemos agradecer que podemos presenciarlo y gozarlo gracias al vídeo.
Pero si quieres, puedes ir
También es posible visitarlo, y en realidad este fenómeno, suele sumar un gran número de turistas. Eso sí, debes estar preparado y de ser posible ir en cuanto suceda, ya que no sé sabe nunca cuánto pudiera durar. Por ejemplo, este año el bosque sumergido duro un día y medio.
Pero no todo es hermosura y magia, ya que, aunque se goce con este fenómeno, como es lógico la zona del bosque que quedo sumergido tendrá perdidas en su ecosistema, habrá animales que no podrán sobrevivir.
Y cuando el agua regrese a donde pertenece, de la misma manera, habrá peces que no podrán seguir su curso, quedando atrapados en el bosque. Un fenomeno que nos regala la naturaleza.
Finalmente, si por alguna razón no puedes ir a Brasil a disfrutar de este bello momento, déjame decirte que, en Argentina, Villa Traful y en Kazajstán, lago Kaindy, suceden fenómenos muy parecidos. Así que tienes posibilidades.