Gisele, una bebé prematura de tan solo 850 gramos no tenía muchas esperanzas de vida. Su estado de salud era delicado y sus padres biológicos se habrían alejado de ella y de sus cuidados pues eran adictos. Sin embargo, el destino le tenía una segunda oportunidad a esta pequeña.
Después de haber sido trasladada en octubre 2016 al Franciscan Children Hospital en Boston, Massachusetts, EE.UU, Gisele comenzó a recuperarse poco a poco con los cuidados neonatales que recibía por parte del personal del hospital. Sin embargo, la pequeña no recibió ningún tipo de visita por parte de sus familiares por al menos 5 meses.
Su vida dio un giro inesperado cuando conoció a Liz Smith, una enfermera del hospital que soñaba con convertirse en madre y con quien inmediatamente conectó. Ellas crearon un vínculo increíble desde el primer momento, especialmente porque Liz se encontraba muy triste de enterarse que no era candidata para una fertilización invitro.
“Desde el momento en que la conocí, noté algo en sus llamativos ojos azules que captó mi atención. Sentí que necesitaba darle amor a esa niña.” – comentó Liz a The Washington Post.
Liz sentía tanto cariño por Gisele que pidió la adopción a sus padres biológicos, quienes aceptaron que la pequeña tendría una mejor vida a lado de ella que con ellos, pues no se encontraban en condiciones para criarla a causa de su drogadicción.
Con su autorización, Liz solicitó en octubre del año pasado a las autoridades comenzar el proceso de adopción de Gisele y afortunadamente todo salió perfecto. El juez le dio la bienvenida a Liz como madre de Gisele y comentó que “el nacimiento de un niño siempre es un milagro, pero que la adopción es cosa del destino.”
Su historia se ha vuelto tan conocida que ambas se han presentado en distintos programas de televisión y el público se ha conmovido muchísimo.
Afortunadamente la salud de Gisele va mejorando y ha tenido un progreso inimaginable, a pesar de las dificultades con las que nació.
Ante esta increíble historia, Liz ha declarado que “las adversidades y los fracasos no son razones suficiente para dejar de apreciar todas las maravillosas oportunidades que tenemos a nuestro alrededor.”