Luis María Suárez, un hombre de 71 años, es una de las tantas vidas que se han perdido a causa del coronavirus. Lamentablemente, y para su mala suerte, contagiarse no fue culpa suya, sino de la irresponsabilidad de varios de sus familiares, principalmente de su nieto.

A pesar de que se ha hecho un llamado oficial, alrededor del mundo, para permanecer en casa con el único fin de salvaguardar nuestra salud, hoy en día existen miles de personas que se saltan las normas, sin saber que ponen en riesgo no solo su propia vida, sino de quienes los rodean.

Eric Luciano Torales, nieto de Luis María Suárez, prefirió asistir a la fiesta de quince años de su prima en Estados Unidos que quedarse en casa, aún cuando ya existían las alertas oficiales sobre el COVID-19.

A los pocos días de haber regresado de su viaje a su ciudad natal en Argentina, su abuelo, quien sufría de diabetes e hipertensión, comenzó a mostrar síntomas graves de la enfermedad, y tras hacerse la prueba y dar positivo a esto, Eric supo que era el culpable.

Por desgracia, a los tres días de haberse confirmado de que había sido contagiado, Luis María sufrió un paro respiratorio que lo llevó a la muerte.

“Todo se hubiese podido evitar, pero decidieron romper la cuarentena por hacer una simple fiesta.” – comentaron en redes sociales, tras volverse viral la historia.

Eric, ha sido atacado por miles de usuarios de redes sociales, quienes lo culpan directamente por la muerte de su abuelo. Tanto ha sido su remordimiento, que Eric optó por cerrar sus redes para evitar seguir siendo atacado.

Ante esta situación, los invitados de la fiesta comenzaron a realizarse pruebas y al día de hoy 26 de ellos han dado positivos a COVID-19, poniendo en riesgo las vidas de quienes conviven con ellos.

Lamentamos que personas tengan que sufrir las consecuencias de este virus por culpa de otras que actúan de manera irresponsable, sin importarles nada más que su diversión.

Por favor, si tú eres de las personas que tienen permitido trabajar desde casa, hazlo, quédate en tu casa; evita que el contagio sea mayor para que los hospitales y equipos médicos no colapsen.