Cathie Jung y su esposo Bob comparten un gusto muy peculiar que muchas personas consideran como algo descabellado y poco estético.

 

A Cathie siempre le ha gustado la idea de ser una mujer que luce bien en todo momento, su fascinación por la moda victoriana la ha llevado a considerar que tener una cintura pequeña le da un plus a su concepto de belleza. Su marido Bob, comparte con ella este pensamiento y considera que es muy atractivo que la cintura de una mujer sea delgada y estilizada.

Cathie y Bob se casaron en 1959, y mantenían una relación bastante habitual. Pero con el paso de los años, ambos comenzaron a sentir que eran un matrimonio extraño, pues cuando descubrieron que sentían la misma atracción por las cinturas delgadas, comenzaron a notar que eso era un fetiche muy poco común.

Su percepción sobre este concepto de belleza fue maximizado cuando, al viajar a Inglaterra en 1983, conocieron a tres personas más que aseguraban sentir el mismo tipo de atracción hacia las cinturas avispa.

“Vivíamos en una pequeña comunidad en el este de Estados Unidos, donde el entrenamiento de cintura y las cinturas de avispa eran cosas desconocidas. Siempre nos consideramos muy diferentes antes de nuestro viaje. Pero allí conocimos a un par de personas, interesadas en lo mismo, que parecían ser bastante normales.”

 

Fue ahí donde Cathie, apoyada por Bob, decidió comenzar a trabajar en la transformación de su cintura. En un principio Cathie vestía corsés durante las tardes que formaban la figura deseada según cuán apretadas estuvieran las cuerdas en la espalda. Por la noche Cathie utilizaba un cinturón especial para la reducción de cintura; el cual poco a poco ceñía un par de centímetros.

La cintura de Cathie comenzó midiendo 71 centímetros, pero con el paso de los años ésta iba siendo más delgada y estilizada. Aparentemente este entrenamiento de cintura podría parecer algo muy sencillo y sin peligro alguno; pero era importante llevar un chequeo médico de los órganos internos.

Por esto, su esposo Bob quien es doctor, controlaba que el proceso no dañara los órganos internos de Cathie. “El uso de corsés puede comprometer tu estómago, haciendo que no comas tanto de una sola vez”, comentó Bob.

Hoy en día Cathie viste con corsé las 24 horas del día, haciendo que su cintura pase de medir 71 centímetros a tan solo 38! Con esta transformación, Cathie ha ganado el premio a “la cintura más pequeña en una persona viva” de los premios Guinness.

La transformación de su cintura ha limitado las actividades diarias de Cathie, haciendo que la vida cotidiana se vuleva más complicada. Cathie no puede manejar un auto, no puede sentarse cómodamente en cualquier silla, tiene complicaciones para vestirse y le han surgido problemas en la piel. A pesar de esto, el cambio en el cuerpo que ha experimentado Cathie, tras deformar su cintura, ha hecho muy feliz a la pareja.

“Me gusta la apariencia y me gusta la sensación de una cintura pequeña. Siempre ha sido más atractivo.” – comentó Bob.

Sin embargo, muchas de las personas que los rodean creen que esto es una locura. Una de sus hijas ha comentado que ha sufrido un par de problemas con su madre, considera que esto es una excentricidad. En ocasiones, su hija le prohibe ir a su escuela por su apariencia.

 

“No todos entienden lo que hacemos, ni piensan que una cintura ceñida es hermosa.” comentó Cathie.

Sin duda, esta decisión ha vuelto muy feliz a Cathie y a su esposo; pero seguir trabajando en disminuir su cintura podría volverse riesgoso. ¿Tú qué opinas sobre esta decisión?