La familia es lo más importante en esta vida, siempre serán los únicos que nunca te fallarán ni te dejarán solo cuando tengas un problema, siempre estarán a tu lado aconsejándote y apoyándote sin importar donde te encuentres, es por eso que siempre es bueno mantenerse unidos a pesar de la distancia o el tiempo que duren sin mirarse.
Y de la familia, podemos rescatar a los seres más valiosos: los padres, quienes siempre serán las únicas personas que te amarán por sobre todas las cosas y te apoyarán en todo lo que hagas, ellos siempre querrán lo mejor para ti porque su amor es infinito, y ni qué decir del vínculo poderoso que existe entre una madre y su hijo, un lazo tan fuerte imposible de romper sin importar tiempo o distancia.
La siguiente historia que se ha vuelto viral prueba lo anterior, Ada, una madre que va a cuidar a su hijo Tom Keataing de Liverpool, Inglaterra.
Ada es una mujer de 98 años y su hijo Tom tiene nada más y nada menos que 80 años. Ella tuvo a su hijo cuando era muy joven y desde el momento en que lo sintió en su vientre sintió un profundo amor por él y desde entonces nunca se han separado, siempre han vivido juntos. Tom nunca se casó y no tuvo hijos.
Debido a la edad avanzada que tenía Tom, hace un año tuvo que ser internado en una residencia de adultos mayores (Moss View Care Home) en Liverpool. Ya que necesitaba mayor atención y cuidados que por la edad, Ada ya no podía dárselos como antes puesto que ella comenzaba a necesitar lo mismo.
Después de un año…
Después de un año que Tom fue internado y de un año de estar separados y extrañarlo muchísimo, Ada tomó la decisión de mudarse para continuar junto a él teniendo claro que ya no puede encargase como antes de él pero al menos desea su compañía, así que decidió mudarse al asilo en donde se encuentra su hijo.
Hoy en día esta madre y su hijo viven juntos nuevamente y al parecer llevan una linda convivencia, siempre están felices y disfrutan cada momento juntos. Tom cometa que está feliz de ver a su madre junto a él y mientras que ella disfruta de seguir al lado de su hijo apoyándolo en lo posible, tal como cualquier madre. Como si Tom continuara siendo un niño, Ada va todas las noches a su habitación a darle un beso en la frente y todas las mañanas a darle los buenos días.
Ahora está ¨más feliz¨.
Desde que Ada se mudó a vivir con Tom, él está muy feliz de compartir sus últimos años con su madre, ella siempre trata de hacer lo mejor para su hijo.
Lo más gracioso y tierno es que cuando Tom se porta mal o hace algo indebido, recibe algún regaño por parte de su madre para que se comporte.
Es lindo ver a una madre y un hijo compartir una vida hasta el final de sus días, además, esta historia muestra que el vínculo que hay entre madre e hijo es tan fuerte que nada lo puede romper.
No cabe duda que no hay nada más fuerte e indestructible que el vínculo entre madre e hijo, ¿tú harías lo mismo por los tuyos?