Algunos consideran a la civilización egipcia, su cultura y su estilo de vida como la más importante unidad organizativa que ha pisado la faz de la Tierra. Decimos esto porque ciertos arqueólogos egipcios dieron con el hallazgo del sepulcro de un importante sacerdote, fallecido hace más de 4.400 años. Los restos fueron descubiertos en el sitio de Saqqara (algunos lo pronuncian Sahara), aproximadamente a unos 25 kilómetros al sur de El Cairo.
Un hallazgo totalmente improbable que los tomó desprevenidos y, en consecuencia, hicieron llamar a colegas historiadores para comprobar tan magno descubrimiento.
Según autoridades egipcias, la tumba se encuentra en un excepcional estado de conservación y está ornamentada con diversas esculturas en su interior. En el sepulcro, que perteneció a la V dinastía (2.500 – 2.300 a. C.), durante el reinado de Neferirkara, descansan los restos de un sacerdote llamado «Wahtye».
Dentro de la tumba pueden observarse distintas escenas que muestran al sacerdote con su madre, su mujer y el resto de su familia, además de algunos nichos con estatuas coloreadas del difunto y sus allegados. En total, se hallaron 45 estatuas talladas en piedra, en excelente estado de preservación.
La tumba observa la tradición egipcia al colocar en el sitio de descanso eterno del muerto, objetos que le fueron muy queridos durante su vida. Todo con la esperanza de poder disfrutarlos de nuevo en el más allá. Se hallaron asimismo los objetos altamente apreciados por su esposa y los juguetes de sus hijos. Los juguetes son realmente especiales porque están en perfecto estado y son únicos en la historia.
Todo se encuentra en un excelente estado de conservación, cuestión para la cual los egipcios eran unos verdaderos expertos, según lo hemos podido comprobar con el paso de los años cuando nos topamos con hallazgos suyos.

Al encontrar el sepulcro, este parecía no tener más de 4,000 años y fue hallado en excelentes condiciones. Todo lo que encontraron esta valuado en millones de dólares.