Nada como un día de campo, en miniatura
Seguramente a las ardillas no les molesta en lo más mínimo comer directamente del suelo, pero Rick Kalinowski consideró que sería bueno que tuvieran un lugar para merendar.
Kalinowski siempre pasaba tempo viendo a las ardillas que se paseaban por su jardín así y siempre quiso que su casa fuera visitada por más de estos animalitos peludos y puso manos a la obra. Decidió crearles una pequeña mesita de picnic para que la usaran.
Cuando el proyecto estuvo completo puso un plato con nueces como aperitivo principal y se dedicó a disfrutar de su gran invento.
No mucho después de que clavó la mesita a su cerca llegó el primer invitado peludo a disfrutar de las nueces.
Aunque parezca que las ardillas son las únicas satisfechas, Kalinowski también puede llevarse algo de esa satisfacción, pues la mesa la puso en un lugar que da a su ventana para poder ver a los pequeños roedores mientras se toma su café por la mañana.
Al final, sus caras de agradecimiento son lo que llena de felicidad al hombre que según sus palabras “Yo las aprecio, y creo que ellas me aprecian”.
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