Para algunos colibrí y para otros picaflor, no importa con que nombre lo conozcas estos hermosos animales siempre representan un espectáculo cada vez que se aparecen frente a nosotros.
Es común verlos en nuestro jardín, a través de la ventana o cerca de algún árbol. Lo cierto es que quizá hayas escuchado de tu madre o abuela cierta alegría y efervescencia cada vez que uno aparecía.
Quizá siempre tenían agua esperándolos y azúcar, ya que se dice es lo que les gusta tomar. Lo que tu madre y tu abuela creían es que cada vez que se ve un colibrí quiere decir que nos vienen a contar que nuestros seres queridos están bien.
La leyenda del colibrí
Existe una leyenda de procedencia guaraní, en ella se cuenta que el final de la vida no es la muerte, ya que, si bien el cuerpo es abandonado, no sucede lo mismo con el alma, la cual se queda existiendo dentro del mundo.
El alma se refugia dentro de una flor permanece ahí esperando a ser mágico. Y es aquí donde aparece el colibrí, o mainimbú, su nombre el guaraní, el ave va recogiendo a las almas de flor en flor para llevarlas directo al paraíso.
En el pasado se tenía la creencia que estos animales venían directo de algún país de hadas, y bueno, la verlos pareciera que es cierto. La verdad es que habita a lo largo de todo el continente americano, en particular dentro de las zonas tropicales.
Siendo la especie Sunsún, originaria de Cuba, la más pequeña que hasta ahora se conoce, no mide ni lo cinco centímetros.
Los colibríes fabrican un nido tan pequeño como una nuez, y posee unas alas poderosas y rápidas, las cuales le ayudan a permanecer como suspendido al tiempo que se alimenta con el néctar de las flores. Y va llevándose a las almas que se han quedado en este mundo.
Así que la próxima vez que veas un colibrí ya sabes que lo que esa haciendo es guiar el alma de ese ser querido al paraíso. Razón para ponerse contentos.