No cabe duda que los seres humanos, con nuestra imprudencia, le estamos causando un grave daño a la fauna en general. De acuerdo a un comunicado de prensa del Parque Nacional del Mar de Wadden en Schleswig-Holstein, muchas de las ballenas tenían estómagos saturados de residuos plásticos, incluida una red de pesca de 13 metros de largo, una pieza de plástico de 70 cm de un automóvil y otras piezas de plástico.

Algunas personas intuyen que los animales pensaron que la basura flotante era agún tipo de alimento, como el calamar, que es un alimento muy común entre las ballenas. Otros, sin embargo, creen que algo tan fatal es en gran medida el resultado de la ya proverbial apatía de la humanidad por la vida en el océano, el cual ya se encuentra muy contaminado por toda clase de residuos plásticos y metálicos.

Dijo Robert Habeck, ministro de medio ambiente para el estado de Schleswig-Holstein:

“Estos hallazgos nos muestran los resultados de nuestra sociedad orientada hacia el plástico. “Los animales consumen de forma inadvertida residuos de plástico y de plástico, lo que les hace sufrir y, en el peor de los casos, les hace morir de hambre con el estómago lleno”.

 

Nicola Hodgkins de Whale and Dolphin Conservation se hizo eco de esa afirmación. Ella dijo a los medios:

“Aunque las piezas grandes causarán problemas obvios y bloquearán el intestino, no debemos descartar los fragmentos más pequeños que podrían causar un problema más crónico para todas las especies de cetáceos, no solo para quienes se alimentan por succión”.

No es algo nuevo el que un cachalote sea encontrado muerto con entrañas llenas de contenido no comestible, o de basura para expresarlo como es debido. En 2011, una joven ballena fue encontrada flotando en la isla griega de Mykonos a consecuencia de los residuos arrojados por el hombre.

Su estómago estaba tan distendido que los biólogos creían que el animal había ingerido a un calamar gigante. Sin embargo, cuando se diseccionaron sus cuatro estómagos, se hallaron casi 100 bolsas de plástico y otros pedazos de escombros.

Cabe aclarar que el plástico no es lo que mató a los cachalotes machos jóvenes. Según National Geographic, murieron de insuficiencia cardíaca. Esto fue el resultado de nadar a la deriva o en forma errónea en el Mar del Norte, tal vez en pos de calamares, y luego no poder soportar su propio peso corporal en las aguas poco profundas. La consecuencia fue que sus órganos internos colapsaron.

Es un hecho: el hombre parece estar haciendo todo lo posible por perjudicar a la fauna marina. El 80% del plástico que se desecha en la tierra termina en los océanos, donde es consumido por la vida silvestre o por remolinos durante años en grandes parcelas de basura. Las especies del mar no tienen forma de identificar con certeza aquello que están ingiriendo pues piensan que es alimento.

El hecho de que el ser humano, una especie con un cerebro que se supone más desarrollado que cualquier otra especie del planeta, es algo que parece sarcasmo.

 

Mientras la humanidad no aprenda a cuidar y respetar a la fauna que comparte con nosotros el planeta y tiene los mismos derechos, seguiremos presenciando estas escenas tan trágicas.

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