Muchas asociaciones que pugnan por el bienestar de la fauna del planeta ya alzaron la mano en señal de protesta. El hallazgo de 100 ballenas presas en jaulas submarinas en Rusia tiene en alerta a las organizaciones defensoras de animales a lo ancho y largo de nuestro orbe.

Fue a fines de octubre del 2018 cuando se conoció que más de 100 ballenas están recluidas en recintos pequeños y ─al parecer, según las evidencias─ ilegales en la costa este del Pacífico de Rusia. Las autoridades de varios países internacionales están investigando el sitio cerca de la ciudad de Nakhodka, que ha sido apodada como la «cárcel de ballenas» por los medios locales.

Según detectaron las cámaras de drones que sobrevolaban la zona, 11 orcas y 90 ballenas de la especie conocida como “beluga” están recluidas en las jaulas, y los activistas de los derechos de los animales temen que se destinen al comercio ilegal y se ofrezcan a parques acuáticos y acuarios chinos, lo que contraviene las leyes sobre la captura de ballenas silvestres, según las normas pactadas en todo el mundo con respecto a estos cetáceos.

La gran mayoría de los animales han estado en cautiverio desde julio, informaron medios norteamericanos. La evidencia de imágenes obtenidas por los drones parece confirmarlo.

Un video compartido en las redes sociales recientemente muestra a una ballena que es sacada de un pequeño contenedor por una grúa en preparación, según creen los activistas, para enviarla a China ─una conjetura bastante plausible─.

Es casi del dominio público que resulta ilegal capturar ballenas silvestres y comerciar con ellas, excepto con fines educativos y científicos después de una prohibición mundial de la caza comercial de ballenas en 1982. Sin embargo, las orcas, o las ballenas asesinas, como suelen llamarse, pueden alcanzar cotizaciones en el mercado negro rondando los $6 millones de dólares, en especial en parque acuáticos en China.

Durante años, distintas organizaciones han luchado contra Japón y China para detener la caza ilegal de animales, pero los esfuerzos no han sido del todo fructíferos, a juzgar por el incremento de estas especies de cetáceos que se encuentran en cautiverio, y que posiblemente provengan de zonas marítimas rusas.

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