Los gatos andinos, científicamente llamados Leopardus jacobita, son una especie muy peculiar en la familia de los felinos, pues suelen ser más pequeños que el resto de éstos, pero más grandes que los gatos domésticos.

También se les ha caracterizado por ser animales muy solitarios que comúnmente habitan en ambientes áridos, rocosos y aislados, lo que los vuelve una especie poco conocida a nivel mundial.

Hasta hace un par de años, la especie se asentaba principalmente en regiones como Perú, hasta Mendoza y Neuquén en Argentina. En Septiembre de 2008 se registró el último avistamiento de uno de ellos dentro de la Reserva Natural Villavicencio, en el departamento de Las Heras, Mendoza.

Sin embargo, los encargados de la reserva no pudieron confirmar al 100% que las imágenes capturadas por las cámaras escondidas dentro de esta área protegida, correspondieran a un gato andino, por la distancia en la que aparecían.

Por este motivo la especie fue considerada como una en peligro de extinción, ya que se cree que la cacería de estos animales y las actividades de las industrias extractivas cercanas, han ido acabando poco a poco con sus hábitats y al mismo tiempo con ellos.

Con el fin de comprobar si en la reserva aún habitaba al menos un gato de esta especie, la Asociación Geológica Argentina (AGA) y la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza (DRNR), implementaron un sistema de video vigilancia con cámaras-trampa en diversas zonas estratégicas de la Reserva Natural de Villavicencio.

Finalmente hace un par de meses, en julio de 2019, el esfuerzo de todos los encargados de este proyecto dio frutos, pues las cámaras lograron registrar la presencia de dos gatos andinos en la zona, reafirmando que la especie permanece activa en la zona y que afortunadamente pueden salvarse de convertirse en una especie extinta.